Se estrena “Chapo: el escape del siglo”, de producción anónima

Axel Uriegas, director de la primera de cinco cintas sobre Joaquín El Chapo Guzmán, niega que al humanizarlo se le redima, y explica el proceso para realizar este proyecto, completado con Alma Lidia Mendoza, de Dragon Films, para quien “el contenido de la película no es responsabilidad de su distribuidor”; y el actor Irineo Álvarez, gustoso de aceptar el papel principal, opina que “es un personaje que todo mundo desearía hacer en mi profesión”. La cinta de ficción, pero basada en hechos reales, se estrenó este 15 de enero

Axel Uriegas, director del largometraje de ficción Chapo: el escape del siglo (cuyo tráiler lanzado el pasado lunes 4 acaparó las redes sociales), revela:

 “Es una película que denuncia la corrupción en la que vivimos, sin glorificar a ninguno de los involucrados.”

 

Explica a Proceso que la trama inicia con el segundo escape del narcotraficante Joaquín El Chapo Guzmán, interpretado por el actor Irineo Álvarez, y a medida que se va desarrollando la trama, “vamos conociendo a los posibles implicados, desde el nivel político hasta su vida personal”.

 

Enseguida argumenta:

 

“El filme está realizado para entretener. Nuestra intención no es educar a nadie, ni buscamos el hilo negro.”

 

Es la ópera prima de Uriegas, quien cuenta con una amplia experiencia como asistente de dirección en series como Los simuladores, Hermanos y detectives y Los héroes del norte, y películas como Casi divas, de Issa López; Bordertown, de Gregory Nava, y La leyenda del zorro, de Martin Campbell.

No se ha informado quiénes son los productores de la película, de 86 minutos. En un boletín, su distribuidora, Dragon Films (sic) expone:

 

“Sobre por qué no hemos revelado mayores datos de esta producción y sus responsables, como distribuidores podemos decir que ha sido decisión de los productores, responsables únicos y directos de la película, mantener el secretismo alrededor de ésta, esperando que hable por sí misma cuando llegue a las salas de México.”

 

Una invitación

 

Se le pregunta a Uriegas qué lo impulsó a rodar el largometraje, y refiere:

 

“Para mí, El Chapo es uno de los hombres más importantes del país en estos tiempos. Las extrañas condiciones de su captura y escape nos hablan de un sistema por todos conocido, corrupto y lleno de arreglos entre sombras. Un grupo de productores interesados en este asunto me convocó a dirigir la película y me pareció una historia interesante que debía llevarse a la pantalla.”

 

Cuenta que se le entregó el guión ya terminado (lo escribió Roberto Flores):

 

 

“Está basado en las noticias que día a día circulan y uno que otro testimonio por ahí. Es decir, la información es de dominio público, lo único que hizo el escritor fue reunirla en una ficción con la cual queremos mostrar nuestra versión del personaje, por un lado cómo maneja su negocio y por el otro cómo convive con los seres que ama. No es un documental, es una ficción para poder mostrar los sentimientos que un personaje como éste experimenta.”

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–¿Cree en la versión oficial de cómo se escapó el líder del Cartel de Sinaloa el pasado 11 de julio por un túnel de 1.5 kilómetros? Y eso, ¿se muestra en la cinta?

 

–Responder estas preguntas echaría a perder una parte importante de la cinta, mejor los invito a que la vean y forjen sus propias conclusiones.

 

–¿No le inquieta lo que piense el real traficante de drogas sobre la película o que incomode al presidente en turno, Enrique Peña Nieto?

 

–Habrá a quien le guste y a quien no. En algunas producciones semejantes incluso amenazan a los actores y al director. Hasta el momento ese no es nuestro caso. Los productores tomaron precauciones como filmar en un tiempo corto y con un crew reducido para no llamar la atención. Yo confío en que la película no le moleste al Chapo ni al público que vaya a verla.

 

“Puede ser una película incómoda para el gobierno, pero en cualquier democracia, como la que se supone tenemos, cualquier comentario, crítica o película puede ser incómoda para el gobierno en turno.”

 

Anuncia que la versión del capo en la película “es la de un hombre lleno de matices, un gran negociador y un ser humano con contradicciones”.

 

–¿Qué opina de que exista un personaje como El Chapo Guzmán en México?

 

 

–Es el resultado de muchos vacíos, corrupción en todos los niveles.

–¿Cómo es que escogió al actor Irineo Álvarez para crear al capo?

 

–No queríamos a un actor que fuera muy reconocido porque el público llegaría con ideas preconcebidas sobre el personaje, basadas en la imagen del actor. Irineo no sólo nos ayudó a construir el personaje desde cero, también demostró una gran habilidad para darnos el carácter fuerte y humano que necesitábamos transmitir del personaje. No te puedo asegurar si se parece intelectualmente al principal narco de México porque no lo conozco personalmente. El actor es un mexicano del norte, Sonora, con acento de esa parte, es talentoso, con él tuve oportunidad de trabajar en el 2005 en Bordertown.

 

–Con esta historia, serán cinco filmes sobre el capo, ¿usted los rodará todos?

 

–Por el momento sólo participé en esta película. Sé que hay planes para continuar con esta historia, pero hasta el momento no he sido invitado a participar en la siguiente.

 

–¿Cómo ha sido recibido el tráiler de la película?

 

–Han habido reacciones encontradas. Hemos leídos todo tipo de comentarios, desde quien cree que estamos haciendo una apología del crimen, hasta quien dice morir por verla. Lo cierto es que en estos días hemos estado en los primeros lugares de reproducción en redes sociales.

 

Así se siente ante el estreno de Chapo: el escape del siglo:

 

“Estoy muy sorprendido por la respuesta en las redes sociales. Suponíamos que la gente se interesaría en la película, pero nunca pensamos que en menos de 24 horas las redes sociales se inundaran con nuestro tráiler.”

 

La distribuidora

 

Dragon Films ha difundido que “el contenido de la película no es responsabilidad de su distribuidor”.

 

Por eso, se le pregunta a Alma Lidia Mendoza, directora de esa empresa, por qué decidieron distribuir Chapo: el escape del siglo, y relata a este semanario que “es un tema muy relevante en estos momentos para los mexicanos”.

 

Detalla:

 

“Somos un país en crisis, donde muchas voces quieren levantarse y ser escuchadas. Si bien la película está hecha para entretener y no es su finalidad educar o concientizar a nadie, nos pareció que es muy válido que sus creadores quisieran hablar de este tópico y a su vez dar un reflejo del México que ellos perciben.”

 

–¿Cómo es recreado en esta ficción el capo?, pues se resalta que se le humaniza.

 

–No se trata de una historia de buenos y malos, creo que los realizadores buscaron la complejidad humana de los personajes, personas que pueden tomar decisiones equivocadas en la vida. La película no es una apología del crimen ni del narcotráfico, como algunas personas piensan.

 

–¿Es positivo humanizar a un narcotraficante?

 

–El narcotraficante es un ser humano al final del día, sus acciones son cuestionables definitivamente, pero no deja de ser humano.

 

Según ella, la cinta “manifiesta el mismo tipo de descontento ante la corrupción que vivimos y vemos día con día en las redes sociales, en los medios, en las calles, en el descontento del pueblo ante la forma en que nuestro gobierno ha tomado ciertas decisiones”.

 

Hace énfasis:

 

“México está despertando y la película es una voz más entre esta multitud de voces que buscan explicaciones.”

 

Informa que se calcula sean lanzadas entre 80 y 120 copias, “pero todo depende del circuito que nos otorguen los exhibidores”. Y señala que aún está a la espera de la clasificación que otorgue Gobernación.

 

Adelanta que están negociando con Estados Unidos para que se proyecte allá Chapo: el escape del siglo, “pronto podremos confirmarlo”.

 

En el ojo del huracán

 

El actor Irineo Álvarez ya había interpretado a un narcotraficante basado en El Chapo en la serie Fortuna; por ello, cuando le ofrecieron recrear a Joaquín Guzmán, aceptó como si fuera un personaje más, y lo hizo, destaca, porque es actor:

 

“He hecho violadores, en fin, gente buena o mala. Mi profesión es darle emoción a un personaje, recrearlo y darle vida. Y yo feliz de la vida con hacer al narco más buscado. Lo que ha venido en este momento con todos los periodistas, con sus cuestionamientos, se me ha hecho más difícil.”

 

Explica a Proceso que para protagonizar al capo, ya contaba con muchas herramientas:

 

“He realizado narcotraficantes, como unos cinco. Ya tenía como una estructura y no necesitas tanto, digo, siendo yo norteño, hablando golpeado, autoritario y con mi carácter, no se necesita nada más.”

 

Álvarez, de 48 años, ha intervenido también en La ruta blanca, Capadocia y El Señor de los Cielos.

 

–¿Cómo se sintió al construir al hombre que se ha fugado dos veces de un penal de máxima seguridad en México?

 

–Yo feliz de hacerlo. En el texto se escribieron sus lados débiles y los más tremendos. Eso lo convierte en un personaje para cualquier actor de matices, que van desde lo sádico hasta lo cariñoso. Es un personaje que todo mundo desearía hacer en mi profesión.

 

“Cuando me ofertaron el personaje, lo vi muy práctico. De: ‘Va, ¿cuándo son mis fechas?, mándenme el guión’. Normal, como los demás papeles. Ahora todo ha cambiado. Todo el revuelo es porque El Chapo atrapa a nivel mundial. Eso lo estoy enfrentando ahora.”

 

–Ha dicho a los medios que en el filme se humaniza a El Chapo, ¿eso es bueno?

 

–No puedo juzgar a un personaje, si lo hago, ya no le estoy dando la vida que merece. Como actor, mi tarea es darle vida independientemente de que sea malo o bueno. ¿En qué lo humaniza?, en que habla de lo que le duele, de cómo padece por ser el hombre más perseguido, cómo sufre estar encerrado, el ser parte del ajedrez que mueve la economía nacional, y sobre todo dotar de drogas a Estados Unidos, alguien que ni siquiera hizo la primaria.

 

“Yo sólo hago mi chamba. Elaboro un personaje basado en hechos reales, pero no todo es real, está envuelto en mucha ficción, y desde el momento en que le doy vida, ya no es verdadero. Estamos jugando a contar una historia.”

 

–¿Es bueno jugar a contar una historia de un criminal como El Chapo?

 

–No puedo calificar si es bueno o malo, y entiendo la pregunta porque Proceso denuncia. Mi labor no es dar una crítica porque soy el actor, pero desde Irineo si puedo, les he dicho a las nuevas generaciones que me preocupa que vean a los narcotraficantes como héroes, que los tomen como ejemplo.

 

Confiesa que al interpretar a estos personajes, ha cambiado:

 

“Empiezo a abrir mis ojos a realidades que estaban muy lejos de mí. Antes me creía lo que la televisión ofrecía. Esta cinta menciona los acuerdos entre todos, eso me enchina la piel. De repente lo que el personaje habla, me sorprendía y pensaba: ‘¡Madre, hasta dónde están metidos!’”

 

Cuenta que protagonizará las cinco películas. En diciembre terminó el rodaje de la segunda, bajo la dirección de Roberto Flores. El lunes 11, comenzará la tercera.

 

–Lo buscan con insistencia periodistas nacionales y extranjeros, ¿qué siente estar en el ojo del huracán?

 

–Nunca me había enfrentado a esto. Me dicen tantas cosas que me inquietan. Y yo me animo, de que debo tener confianza y fe en que todo va a salir bien. Soy sólo un simple actor. Entonces, no me queda más que confiar en mí.

 

–¿Cómo cree que se reciba la cinta en Estados Unidos?

 

–El personaje se va con todo contra los gringos porque son los mayores consumidores. Que si la situación está así es porque ellos no tienen fe, no tienen algo que les motive a vivir y que las drogas no las consume alguien que tiene una estructura de amor.

 

 

“Y se menciona la necesidad que tiene el presidente Peña Nieto de atrapar a Guzmán para tener credibilidad a nivel internacional.”

 

Acepta que en la trama también se menciona al Ejército y a la policía.

 

Luego confiesa que no ha visto Chapo: el escape del siglo, pero aclara que es una producción pequeña:

 

“Es de bajo presupuesto. No verán una súper producción, sino un relato sobre alguien. Hay que tomar en cuenta que existen grandes producciones donde no se dice nada. Lo importante no es el dinero, sino lo que se dice.”

 

También conforman el elenco Horacio Castelo, Edgardo González, Armando Hernández, Alejandro López, Pascacio López, Kristoff Raczynski, José Carlos Rodríguez, Fernando Sarfati y José Sefami.

 

Fuente de información: http://www.proceso.com.mx/