Estrategias de marketing electoral

El marketing electoral es una estrategia del marketing político, que lo defienden varios como “la forma de posicionar en un breve periodo de tiempo al mayor número de electores”

Su objetivo: Que los electores compren la propuesta política que se ofrecen en dicha campaña para que sea seleccionada entre toda la competencia”

 

El marketing ha evolucionado en el tiempo y lo continuará haciendo, hasta hoy conocemos tres eras del marketing, cabe aclarar que el marketing 1.0 no sustituye al 2.0 y así sucesivamente, ya que todas las estrategias son validas siempre y cuando den resultado.

 

De hecho en nuestro país muchas estrategias de marketing 1.0 siguen teniendo éxito en localidades rurales y algunas ciudades pequeñas, mientras que en ciudades con mayor preparación académica funcionan las de marketing 2.0 y en ciudades con una mayor conciencia espiritual las de 3.0

 

 Estrategias de acuerdo a sus eras:

 

 

Marketing 1.0

En la época de gloria de la publicidad, hasta los ochentas los partidos políticos utilizaban estrategias de marketing electoral de forma unidireccional (marketing 1.0) y los partidos que gastaban más billete en contratar un experto, obtenía un candidato ganador.

 

No importaban el lado humano y la verdadera esencia del candidato, cualquier persona sin importar nada de lo anterior podía ganar la elección.

 

Los electores no tenían grandes opciones para recabar información de los candidatos, solo la que les dejaban saber por los medios tradicionales que reinaban en esa época y lograban posicionarse en su mente.

 

 

Marketing 2.0

Desde hace dos décadas las cosas han cambiado, gracias al Internet y la globalización que destapo mucha información de fácil acceso para poder tomar mejores decisiones para elegir un candidato.

 

Ahora los partidos políticos saben que ya no pueden poner a cualquier candidato, tienen que ver con base a encuestas quien es el mejor posicionado para tratar de asegurar una victoria, porque los electores ya no son presa fácil de campañas de los ochentas, buscan la verdadera cara que está detrás de la máscara construida solo para ganar votos, por lo que ahora ellos tienen la sartén bajo la manga.

 

Gracias a las redes sociales, blogs, sitios webs, encuestas on line, opiniones de los usuarios, preguntas directas en las cuentas de los partidos políticos y existencia de plataformas bidireccionales (marketing 2.0), podemos analizar contenido generado en Internet.

 

 Por lo que los candidatos se asesoran con expertos no solo en marketing político, también con psicólogos, asesores de imagen y neuromarketing para poder ayudar a los candidatos a trasmitir cualidades personales ( humildad, seguridad,  empatía, honestidad, etc..) para poder ya no solo posicionarse en su mente, sino también en su corazón y ganar su voto.

 

 

Marketing 3.0 

Según los expertos desde el 2010 estamos en la era del marketing 3.0, donde los partidos políticos tienen que presentar un candidato que no solo vea votos en sus electores, sino seres humanos integrales y completos como los describe el maestro  Philip Kotler en su libro marketing 3.0:

 

Con un cuerpo físico, mente capaz de razonar y analizar de manera independiente, corazón que siente las emociones y sobre todo un alma o centro filosófico”.

 

Esto quiere decir que tienen que entender las inquietudes y deseos de los electores, descifrar el código del alma si quieren ganar el voto.

 

Apuntar hacia la mente (Disparar hacia la decisión) y el alma (Confirmación de la decisión) para poder ganar su corazón (toma de decisión final).

 

Como mencione al principio todas están vigentes ya que no todos evolucionamos de la misma manera, así como todavía colgar una cartulina afuera de tu tienda sigue vendiendo, igual en el marketing político todas funcionan dependiendo del elector que se trate y su contexto.

 

Otra cosa que quiero dejar claro es que el marketing político es muy satanizado ya que dicen que, utiliza mentiras para engañar a los electores, creo que  como todo sector hay gente que se deja llevar por el dinero que le pagan para hacer su trabajo y logran confundir al elector con estrategias a corto plazo solo para ganar y terminan siendo un fraude como gobernante su candidato, otros no aceptan trabajar con gente que no sea autentica y tenga una carrera política ejemplar, ya que la mayoría de las estrategias políticas están diseñadas para funcionar a largo plazo.

 

 

Lo que sí es real es que al igual que en otros sectores existen productos de calidad y de no calidad, servicios buenos y malos, así también hay ideas buenas y malas, pero al final el que tiene la última palabra es el elector. 

Por Víctor Peña        Contador Público por la UAC, Master en Marketing Digital por la UNID, con cursos de E-commerce, Cloud Computing, Analítica Web por E.O.I. Y de Productividad Personal en la Era Digital por la Fundación Santa María la Real.

@pena2872

Fuentes: merca20.com, forbes.com, Philip Kotler en su libro marketing 3.0: