Monchito y Tito: faltos de habilidad.

BURIL

 

Julio César Ireta Herrera

En los albores de lo que hoy es el Partido Revolucionario Institucional (PRI), allá por los años 1928 y 1929, surgió, gracias a la visión de Plutarco Elías Calles, el Partido Nacional Revolucionario (PNR); años más tarde, para ser exactos nueve, en 1938 este se renueva y fortalece para dar paso al Partido de la Revolución Mexicana (PRM), pero no satisfechos tuvieron que pasar otros siete años para que viera la luz el actual instituto político que es la primera fuerza política en nuestro país.

 

Hoy el PRI ya logró alcanzar y celebrar su octogésimo octavo aniversario, y que bueno; aunque en esa celebración que se realizó el 4 de marzo los priístas esperaban un gran evento en el que predominará la solemnidad y la presencia de miles de militantes militantes para mandar el mensaje a los seguidores que el PRI está fuerte, pero todo mundo se quedó esperando.

 

Y se quedó esperando porque el dirigente estatal priísta Ernesto Castillo, como celebración de aniversario sólo realizó una cena privada la cual, dicen, tuvo un costo por platillo de mil 500 pesos y solo asistieron cerca de 50 personas, lo que significa que fue un FRACASO TOTAL…¿o alguien podría denominarlo de alguna otra manera?.

 

Tito Castillo, para los cuates; durante su toma de posesión dijo que “necesitamos un PRI fuerte, un partido fortalecido donde su estructura por sí misma haga ganar a cualquier candidato en cualquier lugar del estado”, eso a quedó en el baúl de los recuerdos porque hoy como Presidente Estatal, no ha podido construir una buena relación con sus colaboradores ni con la militancia ni con sus simpatizantes porque a este Instituto Político lo volvió un partido de puertas cerradas.

 

Simplemente, Tito Castillo, carece de las particularidades de un líder y lo lamentable es que no lo pueden forzar a serlo, porque su personalidad es fuerte e impropia para la encomienda que le han asignado. El 2018 ya está cerca y sostenerlo más tiempo, al frente del PRI Estatal, puede ser de consecuencias lamentables. Al tiempo.

…Y otro que no ha podido o no ha querido entregar buenas cuentas es el presidente de la Junta de Gobierno y Administración del Congreso del Estado. Ramón Méndez Lanz; hay algunas expresiones que señalan que se la pasa criticando a sus compañeras de Partido porque según él, tienen muy bajo nivel para debatir en Tribuna, que abordan temas poco trascendentes…ah pero eso sí, no aplica la autocrítica, no ha dado muestras de ser muy hábil que digamos, no ha dado el ejemplo, su trabajo ha sido por decirlo así GRIS.

 

Monchito y Tito, aún tienen la oportunidad de revisar su actitud. El Presidente de la Junta de Gobierno y Administración del Congreso del Estado, el fin de semana pasado, asistió a la toma de protesta del nuevo Dirigente de la Confederación de Trabajadores de México (CTM), y -con pena ajena- fue penoso observar que nadie lo saludaba -testigos hay muchos-, lo que hace suponer dos contextos: uno, que no lo conocen y dos, que no lo soportan, pero cualquiera de los dos supuestos son inaceptables para alguien que encabeza uno de los Poderes, lo que significa que su actuación legislativa y de gestión no ha sido la mejor, que su trato con la gente no es el adecuado, y que tiene que transformarse, el proceso electoral está a la vuelta de la esquina y los colaboradores del PRI no más no dan una.

 

 

Los cambios se valen, no hay que afanarse, los solitarios políticos deberían reconocer su incapacidad y renunciar a sus cargos, si en verdad quieren a su partido. Es cuanto.

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